CUANDO EL ARTE SE HACE VIDA

Crear, sentir,escribir y poder compartirlo con todo aquel que se acerque a esta página. Hacer del arte vida,en un viaje finito o infinito, para llegar muy lejos o volver al mismo sitio, apenas sin recuerdos, apenas recordado...

lunes, 9 de enero de 2012

-Retrato de D. Antonio.-Colección del Fondo Cultural Valeria-

SEMBLANZA BIOGRÁFICA DE REYES HUERTAS


No tuvo una vida demasiado larga, aunque tampoco muy corta para lo que se solía vivir por aquellos años. Corría el verano de 1952 y tenía 65 años cuando murió en sus queridos Campos de Ortiga.

A Antonio le gustaron las letras desde muy joven, tal vez le viniese de familia. Era biznieto de un primo hermano de D. Bartolomé J. Gallardo. Estudió bachillerato en el Seminario de Badajoz y comenzó derecho en Madrid, pero pudo más la literatura y decidió dedicarse a ella.
No fue fácil, estas cosas nunca suelen serlo. Por publicar sus primeros libros contrajo deudas que arrastró por mucho tiempo y, después, siendo ya escritor de cierto éxito popular, tampoco le sobraron medios para criar a sus once hijos, más algunos sobrinos a su cargo.

Sus primeras aventuras literarias se acercaron más a la poesía y, como muchos otros, fundó su propia revista Extremadura cristiana y comenzó a colaborar en otras revistas y periódicos. Nunca abandonó estos inicios, pues el periodismo marcó su vida- dirige el Noticiero extremeño y el diario Extremadura en Cáceres, colaborando intensamente en el diario Hoy a lo largo de su vida y publicando en la prensa de gran parte de España- y el tono poético estará siempre presenta en su prosa. Pero, Antonio, D. Antonio, sería esencialmente novelista y articulista, quizá aquí cupiese decir estampista.
Publicó quince novelas y cientos de estampas - narraciones breves como artículos, cuentos, reflexiones, etc. para la prensa- Novelas y estampas, entrañables muchas veces, que llegaban al alma de la gente sencilla.
En 1942, gana un concurso literario de la revista Lecturas con su novela “ Lo que la arena grabó” llevada después al cine- “Borrasca de celos”-, y esto marcará para bien su carrera, pues comenzará a reeditar muchas de su novelas publicadas y a editar otras nuevas desde la editorial Hymsa.

Nació en Campanario, que en muchos de sus escritos aparece como Luminaria, y, aunque en su vida hubo algunos traslados- Badajoz, Málaga, Cáceres, Madrid- siempre retornaba a su pueblo y a sus Campos de Ortiga, en la aldea de La Guarda, La Garda, donde al final muere.
Vinculado a los medios conservadores, extremeñista y católico se le puede considerar como uno de los principales representantes del costumbrismo extremeño.
Desde un catolicismo social, siempre conciliador, en su literatura defiende al más débil y denuncia situaciones injustas- especialmente en “La sangre de la raza” Y “La ciénaga”- como la situación de explotación del campo extremeño. Inquietudes que suele resolver con condescendencia y paternalismo, pero que a veces le valen las críticas de algunos señores del pueblo- le llegaron a acusar de derrochador y jugador.
Las novelas y estampas campesinas de Reyes Huertas combinan la descripción idealizada de las costumbres y las tradiciones, siempre amenazadas, para él, por el acoso de nuevas ideas y otras costumbres perniciosas que suelen venir de fuera - confrontación campo-ciudad- junto a tramas amorosas y, siempre en un tono didáctico, recurre a la necesidad de ofrecer modelos morales, basados en multitud de personajes, las más de las veces reales y reconocibles. Pero, quizá, lo más interesante que nos dejan, junto a su importancia como documento cultural y antropológico, son las maravillosas descripciones -aunque demasiado retóricas y preciosistas- de los campos en los que se puede intuir aquello que marcaba su existencia: la búsqueda de la armonía con la naturaleza y por ende con uno mismo y con los demás.

Siempre escuché, en el pueblo, que fue un hombre bueno y sencillo, y lo mismo leí de aquellos escritores y gentes que lo trataron, pero siempre es difícil de digerir, mucho más en aquella época y en un entorno rural y campanariense, su faceta artística y con ella esas rarezas que acompañan. Después vendría también ese análisis, que casi siempre se suele hacer con mala leche, de sus ideas, retrógradas para unos, avanzadas para otros. Ser conciliador es mala elección.

En 1952, ya muy enfermo, se le hizo un primer homenaje en Campanario y, tras los agradecimientos dijo:” De todo lo que se ha dicho de mi, lo único que me corresponde es mi amor a Extremadura”. Sólo hay que leerlo para darse cuenta de ello.
No se le ha olvidado. En toda Extremadura, pocos tendrán tantas calles y lugares con su nombre y en su pueblo, mi pueblo, se le erigió un hermoso busto, se le sigue homenajeando y reeditando sus obras, pero siempre queda ese regusto de que si pero que no, que todo lo enturbia. De acuerdo que no fue Cervantes, pero muchos otros con las mismas o menos razones están bastante mejor considerados.

Yo, que casi sólo soy católico por la gracia inevitable del Bautismo, cuando voy al cementerio, suelo acercarme a su tumba, vecina a la de mi abuela, y rezarle un Padrenuestro con algo de poesía.

Diego Fernández. Campanario, 2011.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchas gracias por tus justas palabras sobre Reyes Huertas. Por tu edad, no has podido conocerle en vida, pero por lo que has escrito sí que has conocido su espíritu sencillo y su amor por Extremadura.
Yo, que tampoco soy católico, te agradezco esos "Padres nuestros" que le rezas en el cementerio. Él te lo agradecería y más cuando los acompañas de poesía.
Un abrazo.

"Primavera en La Serena" (Campanario-Badajoz)

"Primavera en La Serena" (Campanario-Badajoz)
Enlace a artistas plasticos extremeños.

http://diegocampanario.artelista.com

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Retrato de mis hijos

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