PRESENTACIÓN
DE “ BREVIARIO POÉTICO DE ORACIONES ROTAS” DE DIEGO FERNÁNDEZ "PIROPO"
CENTRO DE OCIO. CAMPANARIO. 8 DE ABRIL.
2016
De izda. a drcha. :Fran Cruces(Concejal de cultura),Diego "Piropo",Mª Carmen Horrillo, Paco García y Pedro Miguel.
Cuando cualquier autor va a presentar un libro, siente los nervios propios del momento y se esmera en cuidar los detalles para procurar que el acto sea del agrado del público y todo salga más o menos bien.También espera que en la sala haya suficiente gente como para no sentirse muy sólo, sobre todo si el libro es, además, de poesía.
Todo esto es lo que intenté, en la medida de lo posible, para salir airoso de mi presentación y pienso que lo tenía más o menos controlado.Pero lo que de ninguna manera me esperaba era, además de encontrarme con la sala totalmente llena, emocionarme tanto como lo hice.
La presentación del libro, además de ser eso, se convirtió en un acto de amistad, de acercamiento y de cariño que me colmó de alegría.
Fueron muchos los culpables y a todos se lo agradezco de corazón:
Mi familia, algunos representantes del Ayuntamiento, mis muchos y variados amigos, de armas y de letras, campanarienses que siempre me arropan y, entre ellos, Antonio Ventura Díaz que vino de lejos para acompañarme. También, a algunos otros que, a pesar de no prodigarse mucho en estos
actos, estuvieron allí presentes, lo que me produjo gran satisfacción.A mis amigos foráneos: Charo Pinto, Tomás Chiscano, Guillermo Paniagua, Juanjo Arias... Poetas, escritores, músicos, políticos, albañiles, actores, maestros y amas de casa... Amantes de la cultura que hacen de nuestro pueblo, muy de vez en cuando, una isla serena de las letras y de las artes en medio de tanta sequedad.
Para todos ellos , desde el primero hasta el último, mi más fuerte abrazo y mi agradecimiento más hondo.
Para los participantes y colaboradores, comprendereis que me guarde una mención especial:
Para Fran Cruces, concejal de cultura y presentador del acto, que con su equipo de la U. P. pusieron toda su entrega y cariño para que la parte técnica y logística fuese casi perfecta.
Para mi Mª Carmen Horrillo, esa coronela de corazón enorme y con una voz que emboba, siempre dispuesta a colaborar y deleitarnos con sus lecturas y recitaciones.
Para mi amigo-hermano, Paco García, que llegó desde Leganés junto con Jacin - gran concepto-, para poner su voz maravillosa al servicio de mis poemillas deleitando a todos los presentes y enterneciendo al que esto escribe.
Para mis amigos Manolo "Pinela" y Quico "Salvaje", que, por sorpresa y fuera de cartel, me emocionaron con la interpretación flamenca de otro de mis poemas y de unos fandangos- versionados ambos por Pedro- que me dedicaron.
Y, ¡como no!, para mi amigo Pedro Miguel- ese todoterreno al que si le pides dos, casi siempre te da cuatro- que, además de demostrarnos su buen saber hacer acompañando a la guitarra, fue el promotor directo de la sorpresa final.
A todos ellos y a todos los demás mi más profundas gracias por haber hecho que esta nueva presentación se convirtiera, para mi, en bastante más que la mera presentación de un libro. Os quiero.
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Fran Cruces(Concejal de cultura), Juan Antonio Méndez del Soto, Cosme López y Diego Fernández.
PRESENTACIÓN
DE “ CRISTAL Y ROSA” DE COSME LÓPEZ
CENTRO DE OCIO. CAMPANARIO. 6 DE AGOSTO.
2015
Aunque,
hasta hoy, siempre ocupé el otro lado y, por tanto, es la primera vez que hablo
públicamente sobre la obra de otro autor, debo decir que resulta para mi una
enorme satisfacción estrenarme con un poemario tan emotivo y especial. La cosa es
bastante seria y la responsabilidad grande, pero no por ello puedo dejar de
agradecer la invitación del amigo Cosme López para acompañarle en la
presentación de éste, su último libro: Cristal y Rosa, por el que quiero
manifestarle públicamente mi enhorabuena.
Finalizando el mes de junio recibí, a
través del correo electrónico, un ejemplar digital del libro que hoy tenemos
entre las manos y, tras leerlo, contesté a Cosme en estos términos:
“Gracias por este regalo en versos que
dejan ver, tras del cristal, la transparencia de tu alma convulsa ante el
cuerpo de tu Jesús convulsionado. Son un regalo de tristeza convertida en
alegría, un grito de perfume entre paredes que oprimen el corazón y estrechan la garganta. Un escalofrío de vida, porque la
vida es cristal y se nos quiebra muchas veces”
Mi
presentación bien podría quedarse en estas palabras que encierran la que fue mi
impresión más inmediata tras realizar una primera lectura del poemario, pero me
temo que tendré que extenderme un poco más.
Estamos
ante un libro de poemas repentizados. Poemas escritos en versículos o verso
libre, que nacen de instantes vividos en un hospital, alrededor de un hecho
puntual y que el autor nos va narrando y describiendo desde su particular
sensibilidad poética. Un libro en el que la mayor parte de sus versos surgen en
un breve espacio de tiempo, como así nos lo explica él mismo en la
contraportada:
La
mayoría de los poemas que componen este libro, excepto los dos primeros, los
escribí a lo largo de los dos recientes meses –abril y mayo de 2015–, durante
los cuales, Jesusito estuvo ingresado en el Hospital Universitario de Badajoz…
Tenemos,
pues, ante nosotros, lo que podríamos definir como un breve diario de emociones
y de sentimientos, una especie de crónica poética de lo que ha ido viviendo y experimentando
en esos días y que ha tenido a bien compartir con todos nosotros. Porque como
dijo Carmen Conde “La poesía es el
sentimiento que le sobra al corazón y te sale por la mano”.
Como
ya suele ser habitual en la poesía que le conocemos a Cosme- aunque
temáticamente el libro se desmarque de los anteriores- nos encontramos ante una
escritura clara, directa y visceral, que dice lo que quiere decir
presentándonoslo en un estilo poético real y realista. Una escritura que nace de la rabia y la
desesperación ante un suceso nada deseable y que se convierte en metáfora que
estalla desde dentro para aflorar hasta la superficie de la piel y escapársele
por las manos.
La
voz que aquí nos habla es la de Cosme, incluso cuando habla por boca de su
hijo, como ocurre en el poema De mi hijo
Jesús a mi mismo, pero es también la voz de cualquier padre que pasa por
trances similares, la voz de los que esperan, la voz de los que anhelan salir
de un hospital, la voz de los que sufren por aquellos a los que tanto aman. Es
una voz múltiple cuyo eco va rebotando por paredes de salas y pasillos y nos
llega nítida a todos los que, por desgracia, hemos tenido que pasar por
situaciones semejantes. Y esa voz a veces es grito y otras susurro que pasa a
convertirse en llanto, en queja, en súplica o alivio, según las ocasiones.
Durante
ese tiempo de anhelos e incertidumbres, ese tiempo de hospital que se eterniza,
el autor va y viene intranquilo y esperanzado, pasea por salas y pasillos, sube
y baja… Y, por allí- que es también un lugar de encuentro-, va encontrándose con gentes que comparten su
angustia. Gentes que, como él, sufren la pena y la inquietud Esperando, intranquilos,/ desbordando los nervios en algún
susto inesperado. Y escucha …los
quejidos / incesantes del vecino / de al lado, de aquel hombre / que sufrió un
ictus y está sufriendo… Y hasta tropieza con algún paisano: aquel
amigo de la infancia, /que ahora se enfrenta / a la grave intervención de su
madre.
En este largo mes
hay tiempo para todo porque el tiempo se ha detenido.
Tiempo para observar y describir lo que le rodea. Tiempo
para contemplar el horizonte a través de los cristales de todas las ventanas, tras
los que vuela la ansiada libertad para su hijo. Tiempo para mirar a sus otros
hijos y para homenajear a Isabel, esposa
y madre desvivida.
Y, también, habrá tiempo para conversar
quedamente con Salinas, con Whitman, con Manrique o con Cernuda…. Y todo esto y mucho más lo irá compartiendo con su hijo,
con Jesús –verdadero protagonista de estos versos- en un monólogo-dialogo
emocionado que recorre cada línea de las que va derramando en estas páginas.
Junto a él, pedirá
perdón, aunque ya esté perdonado. Recordará su nacimiento en un magnífico y
emotivo poema: Carta a mi hijo Jesús
convulsionado y, en boca de Jesús- De mi hijo Jesús a mi mismo -, nos recordará ese grito que pide huir del
dolor y del encierro de los hospitales. Un grito que nos remite al desconsuelo de ese “rayo que no cesa”, que ya nos cantara
Miguel Hernández, porque “la pena tizna cuando estalla”. Y,
gritando por su hijo, nos escribirá Cosme:
¡Padre
de mi sangre y mi camino!
abre
tu ventana de amapola
y
deja que entre el aire con mis lilas,
salgamos de la mano al sol y ahora
¡antes
que anochezca llévame contigo!
Tras de estos dos
vibrantes poemas introductorios, nos encontraremos con el verdadero corpus de este libro en el que he creído poder adivinar tres partes, más o menos
diferenciadas, que se corresponderían con los distintos estados anímicos a los
que va enfrentándose el poeta durante la hospitalización de su hijo.
En la parte inicial,
podríamos agrupar los poemas Urgencias y
UCI. En el primero se descubre el
dolor y el temor -pasando aquella noche / de primavera sin flores,/ de poesía triste en
alma rota…- junto a la
rabia: Descansa, niño de cristal y rosa,
/ mientras arrojo este poema / contra las duras e infames piedras… Y será en el segundo-el más extenso del libro- en
el que Cosme tomará el primer contacto consciente con el
hospital, adquiriendo su voz un tono elegiaco con el que invoca a la fortaleza
del cristal que cubre al cuerpo de su hijo. Pero, sobre todo, se manifiesta en ambos
el vértigo de la incertidumbre y de la confusión que se suelen vivir en estas
situaciones durante los primeros instantes y en los primeros días: Sentir
como todo da vueltas a tu alrededor/ en este laberinto de espejos…
Tras un poema de entrada
- Niño de cristal- en el que se despierta de un mal sueño
y donde la alegría por abandonar la UCI se hace patente, nos adentraríamos en
un segundo bloque que se extendería hasta el poema 13 de Mayo: Día de todos los niños hospitalizados. Aquí, Cosme, se
va “aclimatando” al paisaje del hospital y comienza a ubicarse y a ubicarnos en
ese territorio inhóspito que, poco a poco, se le va haciendo más familiar. Y,
así, iremos conociendo que estamos en la Sexta
planta: Neurología, donde El niño de cristal y rosa sueña / al lado de
sus hermanos . Y, desde su Habitación
617, irá renaciendo, con más fuerza, la
esperanza de volver al hogar, a la plena normalidad de la rutina cotidiana: sólo
con pensar en tu salida, / ya te brillan los ojos con la misma luz de la
alegría.
Pero esa salida se hará esperar porque
todo sucederá despacio y,
aunque nadie deje de pensar en él, el hogar seguirá siendo, de momento, sólo una evocación donde
espera tu pequeño jardín
de lilas y de azucenas blancas,
tus cuentos infinitos
y tus juguetes de agua.
Y seguirá estirándose el tiempo de
los hospitales y el poeta cantará al Sol,
quizá imaginando, como Dédalo, construir unas alas, que no serán de cera, para poder escapar de este laberinto. Alas para Jesús que espera ansioso su vuelo y
que, ahora, se ha convertido en Niño de
Cristal y alondra
Niño de cristal y paloma
que aún no aprendió a volar.
Niño de cristal y rosa,
con mi corazón te dejo…
una alondra.
En esta falsa “normalidad” recién construida, también volverá a renacer
el Cosme más ácido arremetiendo, en este mismo poema, contra el consumismo y, a
la vez, el Cosme más tierno y más solidario- decidme qué os duele tanto, /que
yo quiero aliviar vuestro dolor - al acordarse, en su día, de todos los niños hospitalizados.
La tercera y última parte englobaría
desde el Poema Del hospital libre hasta
el final del libro. En ella, el poeta siente más real y cercana la salida, el
final de la pesadilla, y, entonces, regresa de nuevo a Miguel Hernández porque Para la libertad siente más
corazones que arenas en el pecho. Y nos escribe así :
Llegará ese día de dulce y azucenas,
antes que acabe este infame mayo,
y con la libertad siempre por
bandera,
quiero ser yo quien lucho y sangro...
Ya queda poco para Volver : Volver así de una batalla ganada,/volver a la aventura de la vida,
/volver contento a tu rutina diaria,… Sólo quedará tiempo para un
pequeño homenaje a Jesús por su fortaleza en sus 19 años de lucha y, por fin, para partir. Para la celebración de la vuelta a casa, a la
vida y a la costumbre.
Aunque el germen del libro fuera la
enfermedad y la tristeza, nos compensa
plenamente su final feliz. Así, Jesús renace y, como la rosa, vuelve a florecer
en esta primavera. Y nuestro poeta
lo celebra con un regreso a su propia niñez,
remitiéndonos a una oración infantil tradicional que dedica a su hijo Jesús y
que cierra el poemario de esta manera:
Y dime, Jesusito de mi vida,
que eres niño como yo y quieres
descansar,
dime antes de acostarte,
a quien amas y con quien vas a soñar.
¿A quien amas…? No, no me había olvidado del amor. El amor es
el verdadero detonante de este libro y
el que llena cada una de sus páginas. El amor y la terneza. Una
transfusión de amor que Cosme va realizando, gota a gota, a su hijo cada vez
que escribe cada palabra de cada uno de estos versos, con el ardiente deseo de
que le transmitan la fuerza suficiente para superar sus males. Y, felizmente,
lo logra con la ayuda de toda la familia y de los profesionales de la medicina ,
muy especialmente de la neuróloga Alba Sierra- verdadero ángel de mi cristal y rosa- a quien dedica el libro.
Sería injusto pasar por alto las
magníficas pinturas y composiciones que lo ilustran y que son obra del propio
Cosme y, sobre todo, de José Miguel López, hermano de Jesús e hijo de Cosme. Ilustraciones
que aúnan pena y alegría, tristeza y esperanza, la transparencia del cristal y
los vidriados claroscuros de la rosa. Y que no dejan de ser un valioso apoyo
visual para la gran metáfora que estos
versos encierran.
Acabaré mi intervención con unas palabras
que, por su acierto y por compartirlas plenamente, tomaré prestadas de Juan Antonio Méndez del Soto, prologuista del
libro, aquí presente, que nos dice así:
A lo que encierra, este “libro–templo” hay que acceder con respeto, con
el corazón abierto y cubriéndonos con un poco de piel del autor. Después, una
vez
acomodados, simplemente leer y meditar
sobre el desconsuelo, el ansia, la queja, el grito y la esperanza que aquí se
guarda, teniendo mucho cuidado en no remover la superficie de ese lago
cristalino, nacido de lágrimas y que será el espejo frente al que nuestro autor
se desnuda y nos muestra toda su sensibilidad.
Así
lo he procurado hacer y espero haberlo conseguido. Muchas gracias y muy buenas
noches.
Diego
Fernández González.
“Piropo”
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CAMPANARIO, ABRIL,2011
Aquí os dejo el cartel que Barto ha diseñado para anunciar la presentación del catálogo " En el camino..."
Contaremos con las intervenciones de D. Bartolomé Miranda, D. Manuel Soto, D. Antonio Ventura Díaz, D. José Iglesias Benitez, Dña. Mª Piedra -Escrita Jiménez y del que suscribe. Y con el cante y la música de "Kalicanto".
También espero contar con la presencia de todo aquel que quiera acompañarnos. Seréis bienvenidos.
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BADAJOZ. FEBRERO,2011
Tomé la esencia
como cualquier enamorado.
Ya no sé cerrar mis manos.
De mi,
el deseo
se ha
d e s p r e n d i d o.
Miro el cielo azul y el horizonte
y me siento inmensamente rico.
¿Qué debo decir si me interrogan?
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Allá, en Badajoz, junto a su catedral iluminada, está el Café Victoria. Y allí llegamos, transportados por el amigo, escritor y poeta, Cosme López, magnífico anfitrión junto a Isabel, su esposa. Y allá, gozando del tan perseguido placer de fumar un cigarrillo, deportados en la puerta, apareció mi hijo, Abel, que se desplazó desde Cáceres para acompañarme en el recital. Y entramos y me fueron presentados poetas y poetisas y amigos y parientes y compartí poemas en voz alta y palabras en voz baja y, una vez más, arte y cariño...De allá, de ese lugar y de esa maravillosa iniciativa que ese grupo nutrido de amantes de la poesía llevan a cabo desde hace años, os dejo estas fotos: