Hay quien piensa
que existen muchos tipos de poetas, yo creo que, más bien, hay diferentes
maneras de hacer poesía. El poeta existe o no existe, el poeta es poeta como el
albañil es albañil, como el médico es médico, como el maestro es maestro…Puede
ser que lo parezca, que lo aparente sin serlo, pero al final, antes o después,
alguien descubrirá su engaño. Porque la poesía es arte y ante un poema se trata
más de sentirlo que no de comprenderlo o de analizarlo. Ya lo dijo Balzac “ El amor es la poesía
de los sentidos”.
Yo siempre fui un poco más del
arte de la pintura que del arte de la poesía, pero hace tiempo que los intento amasar
juntos para que conformen un solo cuerpo. Del arte de la pintura, del
impresionismo más concretamente, nació El oro viejo
de las sombras, poemario al que pertenecen estos
poemas en los que , a través de
pinturas y de artistas, intento acercarme a la esencia de la sencillez mediante
la dejación de lo superfluo que tan codiciosos suele hacernos.
(Impresión, sol
naciente)
Aquí nada es de nadie,
todo se ha derramado:
las sombras del amor que
flotan sobre el agua
y la luz que se escapa
desde el sol rojo naciente
hacia los cuatro puntos
cardinales. Todo
se ha
de rra
ma
do
Abre tus manos y espera
la impresión de esa
belleza
que desde el fondo
se agita.
( Nínfeas)
Es la flor del agua
buscando el aire en su
esencia.
Son colores para
embalsamar al insomnio
que se derrama sobre los
pétalos.
¡Devuélveme a los que
hacen
aire dulce con los tonos
y desvelan a los sueños
del silencio,
y moldearé a las sombras
con mis manos!
Y, después, déjame a
solas
con una gota de agua y
con un pétalo
que guardaré entre las
hojas
del viejo libro de las
emociones.
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Nada tengo. Todo lo dejé
entonces.
Vivo, despreocupado de
tener,
junto a las aguas de un
estanque
y contemplo la piel de
sus nenúfares.
Todo lo dejé entonces.
Nada tengo.
Nada pienso recoger.
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Dejé de reconocer la
ausencia iluminada
por la vela azul de
aquella silla.
Tampoco percibo
escalofríos
en el vuelo negro de los
pájaros.
Ahora, que viajo solo
hacia el punto final de
mi destino,
dejé de sentir las
sombras.
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Tomé la esencia
como cualquier
enamorado.
Ya no sé cerrar mis
manos.
De mi,
el deseo
se ha d e
s p r e n d i d o.
Miro el cielo azul y el
horizonte
y me siento inmensamente
rico.
¿Qué debo decir si me
interrogan?
1 comentario:
Me ha gustado tanto la poesía como tu blogg. Eres un gran artista.
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