Da lo mismo que un verso o una pintura
sea dulce y melódica o que sea un ácido grito
desgarrado o inconformista; que sus trazos o palabras sean oscuros o que estén llenos de
luz… El que pinta o escribe poesía no puede, no debe conformarse con lo más
superficial. Debe sentirse siempre insatisfecho, buscar su armonía, crearse y
crear, día tras día, su propio ritual, ahondando en busca de su verdad y de sus
sueños. Y, en ese camino, lleno de insuficiencias, que persigue la plenitud, no
debe ocultarse, sino descubrirse, mojarse y buscar su
LIBERTAD
Para la lluvia
no quiero
paraguas negros.
Quiero
mojarme
mi pelo
para que me huela
a
lluvia.
Y mañana…
¡verlo
náufrago
en el aire!
(Del Breviario poético de oraciones rotas)
"Silencio" ( 70x100cm) |
No hay comentarios:
Publicar un comentario